Los personajes de estos relatos son seres solitarios, irrelevantes,
y a punto de
naufragar en el océano de la vida; lo que les lleva a
hacer extrañas maniobras para mantenerse a flote. Intentan remediar
la falta de amor y de éxito, la monotonía y la incomunicación; lo
que, generalmente, les lleva a otros fracasos. El remedio es a
menudo peor que la enfermedad.
A veces se entremezclan vivos y muertos. Estos últimos parecen, incomprensiblemente, añorar la rutina de su vida pasada y vagan por sus lugares cotidianos antes de poder alejarse definitivamente.